Sordera súbita: causas, diagnóstico y tratamiento para recuperar tu audición

Imagina por un momento que estás escuchando una conversación, la radio o la televisión y de repente dejas de oír por uno oído casi por completo. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de sordera súbita, una condición médica que requiere atención urgente.

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¿Qué es la sordera súbita?

Este tipo de sordera se define como una pérdida de audición de al menos 30 decibelios en tres frecuencias consecutivas, que ocurre en un periodo de 72 horas o menos. Aunque en muchos casos la causa exacta sigue siendo un misterio para la ciencia, el estrés se ha identificado como un factor que podría desencadenar o contribuir a la aparición de este tipo de sordera en algunas personas.

Hoy te ayudamos a entender la sordera súbita y sus causas, cómo se diagnostica y cuáles son los tratamientos disponibles es fundamental para aumentar las posibilidades de recuperación de una sordera súbita.

Causas de la sordera súbita

La sordera súbita es un problema complejo con una variada posibilidad de causas. Aunque en un número importante de casos no se logra identificar el origen específico (lo que se conoce como sordera súbita idiopática), la investigación médica ha avanzado en la identificación de diversos factores que pueden estar implicados.

Estrés y factores emocionales

En los últimos años, la relación entre el estrés y factores emocionales y la sordera súbita por estrés ha suscitado gran interés en la comunidad científica. El estrés, ya sea de tipo agudo (un evento puntual muy intenso) o crónico (una situación de tensión prolongada), puede desencadenar una serie de respuestas fisiológicas en nuestro cuerpo.

Una de estas respuestas implica la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden tener efectos vasoconstrictores, es decir, pueden provocar el estrechamiento de los vasos sanguíneos, incluyendo aquellos que irrigan el delicado oído interno. Una disminución en el flujo sanguíneo podría comprometer el suministro de oxígeno y nutrientes a las células sensoriales responsables de la audición.

Algunos estudios han sugerido que ciertos períodos de alta tensión emocional, ansiedad persistente o incluso la vivencia de eventos vitales particularmente estresantes podrían preceder a la aparición de la sordera súbita. Si bien la conexión directa aún se está investigando a fondo, se cree que el estrés podría actuar como un factor desencadenante en algunos individuos.

Trastornos vasculares y circulatorios

Los problemas en el sistema circulatorio, conocidos como trastornos vasculares y circulatorios, son otra posible causa de sordera súbita. El oído interno depende de una red muy fina de vasos sanguíneos para su correcto funcionamiento. La obstrucción o un espasmo repentino de estos pequeños vasos puede interrumpir el flujo sanguíneo, provocando una falta de oxígeno (isquemia) y dañando las células ciliadas de la cóclea, que son esenciales para la audición.

Condiciones médicas como la presión arterial alta (hipertensión), la diabetes, y el endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) se han asociado con un mayor riesgo de desarrollar este tipo de pérdida auditiva repentina.

Infecciones y agentes virales

Las infecciones y agentes virales también se han relacionado con la aparición de la sordera súbita. Diversos virus, como el herpes simple, el virus varicela-zóster (causante de la varicela y el herpes zóster), el citomegalovirus, el virus de Epstein-Barr (asociado a la mononucleosis) e incluso el virus de la gripe, han sido implicados en algunos casos.

Se cree que algunos de estos virus podrían causar una inflamación directa del oído interno o del nervio auditivo, lo que llevaría a la pérdida de audición. En algunos pacientes, una infección respiratoria reciente puede preceder a la aparición de la sordera súbita, lo que sugiere una posible conexión viral.

Ototóxicos y traumatismos

La exposición a ciertas sustancias ototóxicos y traumatismos también puede ser un factor desencadenante de la sordera súbita. Los medicamentos ototóxicos son aquellos que tienen la capacidad de dañar las estructuras del oído interno. Algunos ejemplos incluyen ciertos tipos de antibióticos (como los aminoglucósidos), diuréticos del asa (utilizados para eliminar líquidos) y algunos fármacos utilizados en quimioterapia.

Por otro lado, los traumatismos en la cabeza, especialmente aquellos que afectan al hueso temporal donde se aloja el oído interno, o un golpe directo en el oído, pueden dañar las delicadas estructuras auditivas y provocar una pérdida de audición repentina.

Síntomas y diagnóstico

El síntoma principal de la sordera súbita es la pérdida de audición que aparece de forma rápida, a menudo en un solo oído. Esta pérdida puede variar desde una sensación de oído taponado o amortiguado hasta la incapacidad total para oír por el oído afectado. Es común que se presente acompañada de acúfenos, que son ruidos en el oído como pitidos, zumbidos o silbidos. Algunas personas también pueden experimentar mareos, vértigo o una sensación de presión en el oído.

El diagnóstico de la sordera súbita se basa en la descripción de los síntomas por parte del paciente y en una exploración física exhaustiva del oído por parte del médico, que por lo general incluye una otoscopia para examinar el conducto auditivo externo y el tímpano. La prueba clave para confirmar y medir la pérdida auditiva es la audiometría para la sordera súbita.

Audiometría en sordera súbita

La audiometría en sordera súbita es una prueba auditiva completa que evalúa la capacidad de una persona para oír sonidos de diferentes tonos (frecuencias) e intensidades.

En el caso de la sordera súbita, la audiometría tonal suele mostrar una disminución significativa de la audición, de al menos 30 decibelios, en tres o más frecuencias contiguas. Además, se puede realizar una audiometría verbal para evaluar la capacidad de comprender el habla.

Pruebas complementarias (PEA, TAC)

En algunos casos, para intentar identificar la causa subyacente de la sordera súbita y descartar otras posibles condiciones médicas, el médico puede solicitar pruebas complementarias (PEA, TAC). Los Potenciales Evocados Auditivos de Tronco Encefálico (PEATC o PEA) son pruebas que miden la actividad eléctrica del nervio auditivo y las vías auditivas del tronco encefálico en respuesta a estímulos sonoros.

Estas pruebas pueden ayudar a detectar problemas en el nervio auditivo o en las estructuras del tronco encefálico. La Tomografía Axial Computarizada (TAC) o la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) de la cabeza y del oído interno son técnicas de imagen que pueden proporcionar información detallada sobre las estructuras del oído y el cerebro, permitiendo descartar tumores (como el neurinoma del acústico), malformaciones vasculares u otras anomalías.

Tratamiento de la sordera súbita

El tratamiento de la sordera súbita debe iniciarse lo antes posible tras la aparición de los síntomas, ya que las probabilidades de recuperación sordera súbita son mayores cuanto antes se intervenga. Generalmente, se considera que la ventana de tiempo óptima para el tratamiento es dentro de las 72 horasdesde el inicio de la pérdida auditiva.

Corticoides sistémicos e intratimpánicos

Los corticoides sistémicos, que se administran por vía oral o mediante inyección intravenosa, son el tratamiento de primera elección para la sordera súbita idiopática. Estos medicamentos tienen potentes propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras que pueden ayudar a reducir la inflamación en el oído interno y mejorar el flujo sanguíneo.

En algunos casos, se pueden utilizar corticoides intratimpánicos, que se inyectan directamente en el oído medio para que el medicamento llegue al oído interno de forma más concentrada y directa. Esta opción puede utilizarse como tratamiento inicial o cuando los corticoides sistémicos no han sido completamente efectivos o están contraindicados.

Oxigenoterapia hiperbárica

La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) es un tratamiento que consiste en respirar oxígeno puro en una cámara especial presurizada. Se cree que este aumento de la presión y la concentración de oxígeno puede incrementar la cantidad de oxígeno que llega al oído interno dañado, favoreciendo la recuperación de las células sensoriales.

Aunque la eficacia de este tratamiento en la sordera súbita todavía se está investigando, algunos estudios sugieren que puede ser beneficiosa, especialmente cuando se aplica en las primeras etapas de la pérdida auditiva y en combinación con los corticoides.

Rehabilitación y terapia sonora

En aquellos casos en los que la pérdida auditiva persiste después del tratamiento inicial, la rehabilitación y terapia sonora pueden ser fundamentales para ayudar al paciente a adaptarse a su nueva situación auditiva.

Esto puede incluir el uso de audífonos para amplificar los sonidos en el oído afectado y facilitar la comunicación. La terapia de reentrenamiento para e acúfeno puede ser útil para las personas que experimentan ruidos persistentes en el sistema auditivo como secuelas de sordera súbita. El entrenamiento auditivo puede ayudar a mejorar la comprensión del habla, especialmente en entornos ruidosos.

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Pronóstico y recuperación

El pronóstico de la recuperación sordera súbita depende de diversos factores. Aproximadamente un tercio de las personas con sordera súbita experimentan una recuperación espontánea, parcial o total, incluso sin tratamiento. Sin embargo, las posibilidades de recuperación aumentan significativamente con un tratamiento temprano y adecuado.

¿La sordera súbita se cura? Factores que influyen

La pregunta de si la sordera súbita se cura no tiene una respuesta sencilla. La probabilidad de recuperación depende de varios factores, incluyendo la causa (si se logra identificar), la gravedad de la pérdida auditiva inicial, el tiempo que transcurre hasta que se inicia el tratamiento y la respuesta de cada persona al tratamiento. Generalmente, una pérdida auditiva leve o moderada y un inicio temprano del tratamiento suponen un mejor pronóstico de recuperación.

Secuelas de la sordera súbita

A pesar del tratamiento, algunas personas pueden experimentar secuelas de la sordera súbita. La más común es una pérdida auditiva permanente de grado variable en el oído afectado.

Otras secuelas pueden incluir acúfenos crónicos, que pueden ser muy molestos, y en algunos casos, problemas de equilibrio o mareos. Estas secuelas de sordera súbita pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida, por lo que es importante un seguimiento audiológico a largo plazo y el apoyo adecuado para aprender a manejarlas.

¿Cuánto tiempo dura la sordera súbita?

La duración de la sordera súbita es tan singular como cada caso. En los casos en los que hay una recuperación, la audición puede volver a la normalidad en días, semanas o incluso algunos meses.

Sin embargo, si no se produce una recuperación significativa, la pérdida auditiva puede ser permanente. Por esta razón, es crucial buscar atención médica de inmediato ante la aparición de los síntomas para intentar influir en cuanto tiempo dura la sordera súbita y mejorar las posibilidades de recuperación.

Prevención y cuidados

Si bien no siempre es posible prevenir la sordera súbita, especialmente en los casos en los que no se identifica una causa clara, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo y a manejar la situación en caso de que ocurra.

Manejo del estrés para evitar recidivas

Dado el posible papel del estrés en algunos casos de sordera súbita por estrés, el manejo del estrés para evitar recidivas puede ser una estrategia importante, especialmente para aquellas personas que ya han experimentado un episodio de pérdida auditiva súbita.

La adopción de técnicas de relajación, la práctica regular de ejercicio físico, asegurar un descanso adecuado y, en algunos casos, buscar apoyo psicológico pueden ser útiles para reducir los niveles de estrés y su posible impacto en la salud auditiva.

Importancia de revisiones periódicas

La importancia de revisiones periódicas con un otorrinolaringólogo y un audiólogo es fundamental para el seguimiento de la salud auditiva, especialmente en personas con factores de riesgo conocidos o antecedentes de problemas de oído. Estas revisiones pueden ayudar a detectar de forma temprana cualquier cambio en la audición y a tomar medidas preventivas o de tratamiento de forma oportuna.