¿Cómo saber si tengo bruxismo?
Si nos hablan de bruxismo, salvo que ya nos lo hayan diagnosticado y lo conozcamos, seguramente no tengamos ni idea de qué es. Pero si nos hablan de “rechinar de dientes”, todos sabemos lo que es.
El bruxismo es un trastorno por el que una persona aprieta, cruje o rechina los dientes de manera inconsciente e involuntaria durante la noche, mientras duerme, aunque en ocasiones también puede hacerlo durante el día (en los casos más severos). El primero se denomina bruxismo nocturno y el segundo bruxismo diurno.
Se trata de una condición bastante común que afecta a muchas personas, pero hay que tener bastante presente que si no lo tratamos, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud dental. En algunas ocasiones también afecta al oído.
¿Quién diagnostica el bruxismo?
Obviamente, al estar relacionado con nuestra dentadura, es quien lo detecta. También puede hacerlo nuestro médico de atención primaria durante una revisión rutinaria. En cualquier caso, si el odontólogo no puede tratárnoslo, nos derivará a un especialista en medicina del sueño.
¿Por qué?
Al acudir al dentista, ya sea por una revisión periódica o por cualquier otra circunstancia, mediante la simple exploración visual al inicio de la consulta que siempre nos hace, diversos signos evidentes para él le advertirán que podemos padecerlo. Por ello, nos preguntará sobre sus síntomas y de si sufrimos alguno de ellos. También recabará información sobre nuestro estado de salud general, nuestras costumbres del sueño, si estamos medicados, qué fármacos consumimos, y si es posible que padezcamos altos niveles de ansiedad y estrés.
Éstos últimos son los que nos generan trastornos del sueño y hacen que comprimamos los dientes y la mandíbula en exceso mientras dormimos, lo que genera un desgaste dental característico que previamente ha identificado y le ha puesto en alerta.
¿Cómo afecta al oído?
Lo que el bruxismo causa es tensión en los músculos de la mandíbula, algo que nos puede generar dolor facial, dolor en los músculos del cuello y dolores de cabeza. Éstos pueden irradiarse hasta el oído, lo que nos causaría molestias y, a veces, ruido, pitidos y zumbidos en los oídos. Estos acúfenos o tinnitus pueden ser temporales o volverse crónicos, pudiendo variar en intensidad y frecuencia de una persona a otra.
Además del tinnitus, el bruxismo también puede llegar a causar problemas de audición en algunos casos. Esto se debe a que los músculos de la mandíbula están ubicados muy cerca del oído interno, el principal responsable de nuestra audición. La tensión constante a la que se ven sometidos puede ejercer presión sobre el oído interno y afectar a su funcionamiento, lo que se traduciría en dificultades para escuchar correctamente o sordera leve, la sensación de tener el oído tapado y una disminución general de nuestra calidad auditiva.
Otro problema asociado al bruxismo es la disfunción de la articulación temporomandibular (ATM). Se trata de la articulación responsable de la apertura y el cierre de la boca, encontrándose también cerca del oído. El rechinar de dientes puede desencadenar problemas en esta articulación, lo que se conoce como Trastorno Temporomandibular (TTM) o Disfunción de la ATM. Sus síntomas más comunes incluyen dolor de oído, chasquidos al abrir o cerrar la boca y dificultades para masticar o incluso hablar. Seguramente estés pensando en por qué “cuando abro la boca me suena el oído…”. Es por esta razón.
Entre las principales causas del bruxismo encontramos el estrés y la ansiedad, posibles factores genéticos, alteraciones dentarias (interferencias oclusales), problemas musculares y alteraciones psicológicas.
Tratamiento bruxismo
Es importante identificarlo y tratarlo lo antes posible para prevenir complicaciones adicionales, incluido el impacto que puede tener en nuestro oído.
Puesto que es un hábito inconsciente y nocturno, es complicado observarlo mientras dormimos, así que su diagnóstico se realiza indirectamente, observando el especialista durante una consulta rutinaria nuestro desgaste dentario y la tensión de nuestros músculos.
Su tratamiento pretende conseguir una oclusión dental estable, lo que se puede conseguir mediante distintos métodos:
- El uso de férula dental. Denominada también férula de descarga, protector dental o placa de mordida, es una herramienta a modo de protector bucal (como los de los boxeadores), que se coloca sobre los dientes durante la noche, protegiéndolos del contacto directo y reduciendo el rechinamiento.
- Relajación y técnicas de manejo del estrés. El bruxismo está directamente asociado con el estrés y la ansiedad, por lo que es importante encontrar formas de relajarse y reducir estos factores desencadenantes.
- Fisioterapia y terapia de masajes. Estos tratamientos pueden ayudar a aliviar la tensión en los músculos de la mandíbula y reducir los síntomas asociados con el bruxismo.
- Adoptar una buena higiene del sueño también es positivo y ayuda. Dormir lo suficiente y tener un horario de sueño regular puede ayudar a reducir el bruxismo y sus efectos negativos.
En conclusión, el bruxismo puede afectar gravemente la salud del oído, causando tinnitus, problemas de audición y disfunción de la articulación temporomandibular. Si experimentas alguno de estos síntomas, es crucial buscar la asistencia de un profesional de la salud, como pude ser un dentista, para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento apropiado. No subestimes el impacto del bruxismo en tu salud general y toma las medidas necesarias para prevenir y tratar esta condición.
