Otolitos: qué son y cómo afectan a tu equilibrio

Otolitos es una palabra que según la pronunciamos u oímos decir, podemos fantasear con qué podría ser o a qué podría hacer referencia. Lo único que es seguro es que, salvo que seamos especialistas en audiología o médicos, no vamos a tener ni idea acerca de ella. Y eso que, para lo pequeños que son, todos los tenemos en nuestro sistema auditivo y juegan un papel de gran importancia.

No te preocupes: ahora que estás pensando en ellos te contamos qué son para no tenerte más en vilo.

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¿Qué son los otolitos y por qué influyen en el equilibrio?

Los otolitos son pequeñas piedras de material sólido, formadas concretamente por carbonato cálcico y proteínas, que se encuentran ubicados en el sistema vestibular y ayudan a regularlo. Estas pequeñas estructuras del oído interno son las que utilizamos para poder registrar la gravedad y la aceleración lineal.

Se encuentran ubicados sobre los cilios verticales del sistema vestibular del oído interno y detectan el movimiento según la orientación que tenga, siendo tan sensibles que un mínimo cambio en su posición nos producirá desequilibrio o vértigo.

Recordemos que el aparato vestibular es una estructura que tenemos en el oído interno cuya función es mantener nuestro equilibrio, el control espacial y coordinar nuestros movimientos. Este sistema también es el que hace posible que podamos detectar que nos desplazamos, que sintamos los giros, que notemos las aceleraciones, la dirección de la gravedad…

Estos pequeños cristales de carbonato de calcio que son los otolitos humanos, como decíamos, se alojan sobre las células ciliadas de nuestro oído (primordiales para la audición). Todo ello se encuentra dentro de dos cavidades que llevan por nombre cápsulas óticas y que están llenas de líquido endolinfático. Podríamos decir que los otolitos y los cilios “flotan” en este líquido dentro de ellas.

Cuando las cápsulas óticas se desplazan en relación con la inclinación de la cabeza también se mueven dentro de ellas, por efecto de la gravedad, las células ciliadas y los otolitos, lo que genera una señal que es enviada a nuestro cerebro y hace que podamos interpretar y percibir la gravedad y la aceleración lineal.

Con toda esta información técnica es fácil perderse, pero lo que sin duda queda bien claro es que la principal función de los otolitos pasa por la gran importancia que desempeñan en el equilibrio humano, siendo indispensables en la regulación del encargado de ello: nuestro sistema vestibular.

Problemas causados por los otolitos

Está claro que la principal función de estas minúsculas piedras es contribuir, desde su ubicación en el oído, al buen funcionamiento de nuestro equilibrio.

Pero… ¿qué ocurre si llegan a desplazarse de su posición sobre los cilios o dañarse? Por sentido común, lo primero en lo que pensaremos es que alguna de estas situaciones afectará de alguna manera al equilibrio. Efectivamente, y padeceremos mareos, desorientación, vértigo y náuseas, aunque sólo sea por un momento.

Si estos cristales se salen de su posición pueden llegar a enviar señales erróneas al cerebro, siendo falsas señales de equilibrio y afectando a nuestra percepción de la gravedad.

Las causas por las que se desprenden los otolitos son diversas y en muchos casos desconocidas. Aunque la gran mayoría de casos ocurren súbitamente y sin razón, los otolitos pueden desplazarse debido a determinados giros de cabeza, vibraciones (como las que percibimos al realizar algunos deportes o actividades concretas), por realizar ejercicios físicos de alta intensidad (aquellos que hacen que nuestro ritmo cardíaco aumente hasta un 75 % más el ritmo habitual), por golpes en la cabeza o algún tipo de traumatismo craneal, por descompresiones violentas (viajes en avión, submarinismo), por infecciones del oído interno (bacterianas o virales), por una otitis o por causas degenerativas.

Existe también el vértigo por estrés o por ansiedad, cuyos síntomas son iguales a los otros tipos de vértigo, produciendo mareo y desequilibrio. Probablemente este estrés (aunque nunca es bueno), no influya en la aparición del vértigo por otolitos, pero podría ser una consecuencia.

Síntomas, prevención y tratamiento del mareo por otolitos

Son diversos los síntomas de este tipo de mareo, aunque los más comunes son las náuseas y vómitos, los problemas de visión o la pérdida del equilibrio. La intensidad y la duración de los mismos varía según el caso de cada paciente.

Realmente no existe una prevención para problemas de equilibrio y mareos relacionados con los otolitos más allá de tratar de evitar, en la medida de lo posible, las causas que los producen.

Lo que es más sencillo es el tratamiento de estos vértigos (si llegasen a aparecer), que puede abarcar desde la osteopatía, hasta tener que llegar a realizarnos una resonancia magnética o un TAC, pasando por hacer reposo, la prescripción de medicamentos para tratar el vértigo, fisioterapia, reeducación vestibular o fármacos intratimpánicos (en los casos más acusados).

Existe otro tipo de vértigo también causado por el desplazamiento de los otolitos: el vértigo paroxístico posicional benigno o VPPB, que suele ser de fácil tratamiento y no requiere de la intervención de ningún tipo de fármaco.

En este caso, la solución más eficaz y utilizada es la recolocación de los otolitos a través de la maniobra de Epley.

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