Pérdida auditiva o hipoacusia
Aunque no lo sepas, es uno de los problemas de salud crónicos más frecuentes y se puede prevenir.
Puede parecer un término muy técnico pero, ¿qué es la hipoacusia? Su definición es “disminución de la capacidad auditiva”, por lo que la hipoacusia es la pérdida auditiva o la sordera. No somos conscientes de que es un problema más común de lo que creemos, por lo que debemos mentalizarnos de que nos puede ocurrir, que podemos prevenirla y que tiene tratamiento.
Nadie está exento de la pérdida de audición. Es más común en personas mayores aunque puede afectarnos a cualquier edad. La hipoacusia o sordera puede heredarse o ser resultado de diversos factores. Con diferentes niveles, tiene gran impacto en nuestra salud, afectando directamente a nuestra calidad de vida y a nuestras relaciones sociales.
La OMS estima que en el año 2050, una de cada diez personas sufrirá un problema de pérdida auditiva producido por nuestros malos hábitos y la continuada exposición al ruido. Además de esto, está demostrado que su incidencia en la población aumenta según aumenta la edad: una de cada cuatro personas mayores de 60 años tiene hipoacusia y, a partir de los 65, la cifra aumenta a una de cada tres.
Primeros síntomas
Proteger nuestros oídos del ruido y del agua, así como no abusar del uso de auriculares y la música alta, evitar la exposición a entornos ruidosos y tener una higiene correcta de ellos, sin hacer uso de los bastoncillos, son algunos de nuestros consejos para mantenerlos sanos.
Estas indicaciones están muy bien, pero ante la hipoacusia o sordera, lo fundamental es la prevención. Por ello, es muy importante conocer el estado de tu salud auditiva. En Audicost te recomendamos revisar tu audición anualmente una vez superados los 50 años.
A veces es complicado darse cuenta de que nuestra salud auditiva está deteriorada, por lo que algunos síntomas de los que te indicamos a continuación son bastante significativos y te ayudarán a saber si tu audición comienza a disminuir. Si en tu caso, algunas de las siguientes preguntas es afirmativa, pide cita en tu centro Audicost más cercano para que te realicemos una revisión auditiva de manera totalmente gratuita.
- ¿Notas pesadez, pitidos o zumbidos en tus oídos?
- ¿Oyes los ruidos amortiguados?
- ¿Te pierdes en las conversaciones cuando estás hablando en un grupo?
- ¿Tratas de evitar reuniones sociales?
- ¿Te inquieta tener malentendidos en tus conversaciones?
- ¿No oyes bien las conversaciones en entornos algo ruidosos?
- ¿Sueles subir el volumen de tu radio o televisión?
- ¿Te cuesta oír el timbre o el teléfono?
- ¿Pides a tus amigos o familiares que repitan lo que te han dicho?
- ¿Oyes pero no entiendes?
- ¿Te esfuerzas en ocasiones por encontrar la palabra exacta?
Causas de la hipoacusia
Los sonidos audibles que escuchamos son un conjunto de ondas sonoras, de vibraciones que llegan hasta nuestros oídos, los cuales las hacen llegar hasta nuestro cerebro, donde son interpretadas y las entendemos.
Si los oídos no funcionan correctamente, no podremos interpretar esta información de forma adecuada. Esto puede ocurrir si tenemos algún tipo de daño en el oído interno, medio o externo, afectando así a nuestra audición.
Las causas de la hipoacusia pueden ser muy diversas, como traumatismos, el envejecimiento, por antecedentes familiares, por determinados medicamentos (los denominados ototóxicos, que ejercen un efecto nocivo, ya sea temporal o permanente, sobre el oído interno), o por infecciones en el oído.
En conclusión, la pérdida auditiva es bastante común y normalmente se manifiesta de forma moderada. Independientemente de su causa, su tratamiento pasa por el uso de audífonos para hipoacusia, que junto con una excelente adaptación, algo de lo que en Audicost somos especialistas desde hace mucho tiempo, es la mejor solución.
Tipos de hipoacusia
La mejor forma de conocer las anteriormente citadas causas de la hipoacusia es ir analizándolas según los tipos de pérdida auditiva, ya que cada uno de estos tipos tiene una causa diferente:
Hipoacusia neurosensorial o de percepción
¿Qué es?
Antiguamente, a la pérdida auditiva neurosensorial se le llamaba “sordera nerviosa”. Actualmente sabemos que, en la mayoría de los casos, el problema proviene del oído interno, no del nervio auditivo. Sin embargo, continuamos agrupando ambos problemas, ya que el oído interno y el nervio auditivo están conectados y necesitan trabajar en equipo.
Esta es otra razón por la que se debe tratar precozmente la pérdida auditiva: los componentes neurosensoriales ‘del final’ del sistema auditivo necesitan la aportación de los componentes sensoriales ‘del inicio’ para poder crecer y mantenerse sanos.
¿Qué causas la producen?
Las causas de la pérdida auditiva neurosensorial son variadas, pero se pueden clasificar en dos categorías: congénita o adquirida. La pérdida auditiva congénita está presente desde el nacimiento y constituye el problema más frecuente en bebés recién nacidos. Afecta a menor población que la presbiacusia o pérdida auditiva asociada a la edad.
La pérdida auditiva adquirida, que sucede después del nacimiento, tiene diversos factores como causa. Entre ellos están el traumatismo acústico, la presbiacusia (que como decíamos es la pérdida de audición a medida que se envejece), la exposición continuada a ruidos de maquinaria, el síndrome de Ménière y la meningitis. Los medicamentos ototóxicos (estos dañan el oído como efecto secundario aunque pueden ser necesarios para tratar algunas enfermedades mortales), también pueden ocasionar pérdida auditiva.
También un tumor en el nervio auditivo (o neurinoma) puede provocar una pérdida auditiva neurosensorial, aunque no es tan frecuente. Incluso un colesteatoma, localizado en el oído medio, que se suele tratar con un vaciamiento radical de la cavidad media, también ocasiona graves perjuicios auditivos.
¿Cuáles son los síntomas?
Si padecemos hipoacusia en ambos oídos, la pérdida auditiva neurosensorial implicará que tendremos dificultades para entender los fonemas y, por lo tanto, las palabras y las conversaciones, aunque hablemos suficientemente alto.
Si afecta a un solo oído, tendremos problemas para localizar el origen de los sonidos o para entender conversaciones con ruido de ambiente elevado.
¿Qué tratamientos existen?
Desgraciadamente no existen medicamentos o cirugías para resolver este tipo de pérdida, siendo el uso de audífonos la única solución. (Debido a su pequeño tamaño, la cóclea no puede ser operada sin riesgo). Si se sufre de pérdida auditiva neurosensorial leve a moderada, los audífonos para hipoacusia neurosensorial ofrecen soluciones muy satisfactorias, mientras que si la pérdida va de severa a profunda, también solucionan, aunque de manera más contenida. La adaptación audiológica precoz será clave en casos de presbiacusia y en causas de trauma acústico.
Hipoacusia conductiva o de transmisión
¿Qué es?
La pérdida auditiva conductiva se produce cuando algo impide que las ondas sonoras atraviesen el oído externo y medio, y no puedan alcanzar el oído interno. Este tipo de pérdida es similar a lo que sentiremos si nos ponemos tapones dentro del canal auditivo.
¿Cuáles son las causas?
Las diversas causas que pueden producir una hipoacusia conductiva o de transmisión incluyen problemas como el exceso de cerumen o tapones de cera, la otoesclerosis, infecciones del oído medio (otitis media), tumores benignos (colesteatomas), perforaciones timpánicas, traumatismos, malformaciones del oído medio o del externo (como la exostosis), u otitis externas (como el denominado “oído de nadador”).
¿Qué síntomas son característicos?
De estar aquejados de hipoacusia conductiva, comenzaremos a no entender bien las conversaciones. La pérdida auditiva suele rondar los 40 dB, lo que se traduce que, en frecuencias conversacionales y cuando hay ruido de ambiente, no vamos a distinguir bien las palabras. Dependiendo de dónde se encuentre localizada la alteración, si es en nuestro oído externo o en el medio, puede ir desde una hipoacusia leve a severa.
¿Qué tratamientos se aplican?
El médico otorrinolaringólogo debe ser quien haga siempre el diagnóstico y la posterior indicación. En el caso de tratarse de tapones de cera, se extraen; si se trata de otitis serosas, una situación en la que hay acumulación de líquido y mucosa en el oído medio que impide la normal transmisión del sonido, se tratará con los medicamentos apropiados; si estamos ante una otoesclerosis, una perforación timpánica u otra patología en la que la cirugía está indicada, se suele intervenir.
En el caso de que la cirugía no esté indicada o quede desestimada por riesgos que el facultativo valora, la adaptación de audífonos es la mejor solución, por no decir la única. Otro tipo de implantes pueden reemplazarlos, pero acarrean cirugías complicadas, postoperatorios lentos y molestos, además de un coste muy elevado.
Por lo tanto, ante este tipo de patología, las prótesis auditivas convencionales aportan el mejor resultado posible y una total satisfacción, ya que este tipo de hipoacusia conserva muy bien la memoria auditiva.
Hipoacusia mixta o combinada
¿Qué es?
La pérdida auditiva mixta o combinada, como su propio nombre indica, es la combinación de hipoacusia neurosensorial e hipoacusia conductiva, ya que existen daños tanto en el oído externo o medio, como en el oído interno. En este caso, el nivel de pérdida auditiva oscila entre moderada y profunda.
¿Qué causas la provocan?
Por lo explicado anteriormente, las causas de esta hipoacusia son la suma de algunas de las patologías asociadas a los dos tipos de pérdida auditiva de los que hemos hablado anteriormente, con un mayor componente de uno o de otro.
¿Qué síntomas tiene?
Los mismos que en las pérdidas auditivas neurosensoriales, si esta es acusada. Nos hace falta más volumen y las conversaciones se siguen con distintos grados de dificultad, dependiendo de la evolución de la pérdida.
¿Qué tratamientos son adecuados para ella?
Dependiendo de los grados y la composición de la pérdida auditiva mixta, puede tratarse con medicación, cirugía o audífonos para pérdida auditiva. De nuevo es el facultativo quien debe de realizar el diagnóstico.
La pérdida auditiva conductiva puede tener diferentes soluciones médicas, pero al ser también necesario tratar la pérdida neurosensorial, en muchas ocasiones y cuando es necesaria la cirugía, se suele prescindir de ella, salvo que tenga un peso importante en la suma de ambas pérdidas.
Niveles de pérdida auditiva
Conocer el nivel de pérdida auditiva o hipoacusia es fundamental para conocer el tipo de problema auditivo que tenemos. Nuestro audiólogo te informará sobre el estado de tu salud auditiva y te asesorará sobre el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.
El grado de hipoacusia se puede medir mediante la audiometría tonal, por medio de tonos puros en decibelios, y se clasifica en función de la pérdida al medir el mínimo sonido necesario para oír en cada frecuencia.
Grados de pérdida auditiva, de menor a mayor nivel
- Audición normal: Oímos cualquier sonido suave. Por debajo de 20 dB de pérdida.
- Hipoacusia leve: Cuando la pérdida está entre 21 y 40 dB. Tenemos problemas de entendimiento cuando el sonido es bajo o lejano.
- Hipoacusia moderada: La pérdida se sitúa entre 41 y 70 dB. Sólo se oye si se eleva mucho la voz.
- Hipoacusia severa: La pérdida auditiva está entre 71 y 90 dB. Solo oímos ruidos muy fuertes.
- Hipoacusia profunda: La pérdida está entre 91 y 119 dB. En este caso necesitamos recurrir a un audífono muy potente.
- Cofosis: Es la pérdida total de audición (120 dB). No percibimos ningún sonido.
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Además de en decibelios, es conveniente medir el porcentaje de comprensión del lenguaje con otro tipo de audiometría, la vocal, que nos indicará el porcentaje de palabras que entendemos a diferentes intensidades.
