¿Qué es la prueba de Romberg?
El test Romberg es una prueba clínica indicada para encontrar trastornos en la coordinación del movimiento y el equilibrio de la persona. Su nombre proviene del neurólogo alemán Moritz Heinrich Romberg, el creador de este método de examen e impulsor de la neurología en el siglo XIX.
Esta prueba se basa en el equilibrio de los sistemas neurológicos combinados de la visión (encargada de ajustar dónde se encuentra el cuerpo al moverse), el sistema vestibular (que indica al cerebro la posición de la cabeza respecto al cuerpo) y la propiocepción (la consciencia de dónde se encuentra el cuerpo en el espacio). De acuerdo a la prueba, a pesar de la pérdida de cualquiera de estas tres facultades el individuo debería seguir siendo capaz de mantener el equilibrio.
¿En qué consiste la prueba de Romberg?
La prueba de Romberg es un procedimiento muy sencillo, pero también efectivo para la identificación de potenciales problemas en el paciente. Gracias a este test se puede comprobar si la interacción entre los sistemas sensoriales y las capacidades motoras se encuentra en buen estado. Por el contrario, si uno o más de dichos sistemas se encuentran alterados es muy posible que aparezca un signo de Romberg positivo en el paciente.
Se trata de una prueba muy sencilla y, sin embargo, muy significativa si la realiza el profesional adecuado. La valoración a cargo de un especialista permitirá una interpretación de forma correcta de los datos y será mucho más meticuloso en su análisis.
Durante la realización de la prueba de Romberg el paciente debe colocarse de pie con los pies juntos, primero con los ojos abiertos y luego cerrados. De esta manera se puede observar cualquier posible oscilación o inestabilidad.
El procedimiento para llevar a cabo del test de Romberg es el siguiente:
- El paciente se coloca de pie con los pies juntos (puntas y talones tocándose) y los brazos estirados a los lados.
- Durante 30 segundos el paciente debe mantener la posición con los ojos abiertos y sin ayuda de ningún soporte para mantener el equilibrio.
- El paciente debe cerrar los ojos y mantenerse en la misma posición que con ellos abiertos.
Si al cerrar los ojos el paciente es capaz de mantener el equilibrio el signo de Romberg será negativo. Sin embargo, si al hacerlo se produce una inestabilidad evidente se consideraría que presenta un signo de Romberg positivo. También es posible complementar la prueba repitiendo un proceso similar, pero con un pie situado delante del otro, de manera que el talón de uno toque la punta del otro.
¿Qué ocurre si se da positivo en la prueba de Romberg?
Una vez confirmada la existencia de problemas en los sistemas sensoriales y capacidades motoras del paciente es necesario encontrar la causa que los provoca.
Una de las causas más comunes de desequilibrio y falta de coordinación son los trastornos vestibulares que afectan al oído interno, para lo cual es necesario un estudio vestibular completo. Otros trastornos como la otitis media aguda también puede afectar de forma temporal al equilibrio, ya que provocan una disfunción de la trompa de Eustaquio y, como consecuencia, trastornos de vértigo periférico.
También pueden provocar un signo de Romberg positivo las lesiones del sistema nervioso central, ya que resulta fundamental para mantener el equilibrio del cuerpo junto con la visión. Entre las afecciones neurológicas más comunes se encuentran:
- Neuropatía periférica: En la cual los nervios periféricos que transmiten la información del cerebro a la médula se dañan y no pueden cumplir su función de forma adecuada.
- Esclerosis múltiple: Una enfermedad autoinmune que afecta principalmente al sistema nervioso central.
- Enfermedad de Menière: Que afecta al oído interno y puede provocar pérdida de audición y vértigo.
- Sífilis terciaria: Una infección bacteriana que puede afectar al sistema nervioso.
Un resultado positivo en el test de Romberg puede incluso indicar un posible daño en la médula espinal.
Otra posible causa de una prueba positiva de Romberg puede ser el déficit de elementos esenciales como la vitamina B12. Esta es una de las responsables de mantener el sistema nervioso central en plena forma, por lo que la presencia de unos niveles bajos en el cuerpo podría ser una potencial causa.
Cabe decir que este tipo de prueba no solo sirve como indicativo de posibles problemas en los sistemas sensoriales y capacidades motoras. Esta herramienta también puede ser de gran utilidad para el seguimiento de enfermedades y la progresión de algunos tratamientos. Sometiendo al paciente a la prueba de manera repetida durante la duración de los mismos puede permitir evaluar la evolución. Así, si se produce un cambio de negativo a positivo o de positivo a negativo se evidenciará de forma más clara tanto una posible mejora como un eventual empeoramiento.
