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¿Qué es la otitis?

Si hablamos de otitis existen diversos tipos. Aunque nos vamos a centrar principalmente en la otitis externa, que es la más común, no vamos a dejar de hablar de las demás.

Con una alta incidencia en la población general, la otitis externa antaño fue más propia de países tropicales y de clima cálido. En la actualidad, con el aumento de los viajes internacionales y su rapidez, además de por lo extendida que está la práctica de la natación y los deportes náuticos, ha llegado a ser una dolencia frecuente en las urgencias y en las consultas de pediatras, otorrinos y médicos de familia.

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¿Qué es la otitis externa?

Se trata de un proceso infeccioso en el conducto auditivo, generalmente en el oído medio o en el oído externo, de ahí su nombre.

¿Por qué aparece la otitis? También denominada “otitis de verano” u “oído de nadador”, es una infección aguda que afecta a la piel del conducto auditivo externo, producida normalmente por una infección bacteriana o fúngica (por hongos). Es muy frecuente y principalmente afecta a niños, personas de avanzada edad y a quienes se encuentran aquejados de déficit cognitivo.

Sin llegar a ser grave, sí es muy dolorosa, pudiendo provocar cierta discapacidad. Se manifiesta de forma muy rápida y, normalmente dentro de las 48 horas posteriores a la infección, ya empezamos a manifestar síntomas.

otitis verano oído nadador

La denominación que tiene de “oído de nadador” se debe a que su proliferación es mucho más frecuente durante los meses de verano. Esto se debe a que suele producirse por la acumulación de humedad que queda atrapada en el conducto auditivo externo, lo que ocurre cuando nos bañamos con más frecuencia, como ocurre en la época estival.

Por ejemplo, el cerumen que tenemos en nuestros oídos es una barrera protectora natural contra los hongos y bacterias. Cuando esta barrera sufre una alteración como la producida por la mencionada acumulación de humedad procedente de baños, saunas, duchas, piscinas o ambientes húmedos, permite una proliferación de microorganismos que suele terminar por producir una otitis externa.

¿Y la otitis media?

Las otitis medias son más comunes en invierno. No están relacionadas con los baños y la humedad en el oído, sino que suelen ser producidas por las complicaciones de catarros y otras infecciones.

A diferencia de la otitis externa, se producen en partes más internas del oído y suelen causar episodios febriles, además de ser algo más molestas que la externa.

otitis media serosa aguda

Tipos de otitis externa

Existen dos tipos de otitis externa:

  • Otitis externa aguda, conocida como “oído de nadador”, sobre la que ya hemos profundizado un poco y de origen bacteriano o fúngico (menos frecuente). Produce un malestar local importante e hipersensibilidad del conducto auditivo, aunque no suele afectar a la audición.
  • Otitis externa maligna, la más grave de las otitis externas, que evoluciona de forma semejante a una infección necrosante, alcanzando con rapidez los tejidos blandos cercanos, como el cartílago o el hueso. Produce un dolor muy intenso, secreción seropurulenta e inflamación del pabellón auricular. Es muy frecuente en ancianos, en personas con diabetes y en inmunodeprimidos.

Tipos de otitis media

Las otitis medias se pueden dividir en cinco tipos:

  • Otitis media aguda: suelen padecerla personas con alergias o a las que se les ha complicado un resfriado. Es consecuencia de una infección por virus o bacterias y se trata con antibiótico. El oído infectado no suele doler, aunque existen ocasiones en las que al llegar los microorganismos al oído medio, producen en él un cúmulo de pus y fluidos que presionan sobre el tímpano, provocando algo de dolor. Su proceso siempre dura menos de tres semanas, por lo que es de corta duración y normalmente de aparición súbita. Es la más frecuente, siendo de lo más común durante la infancia.
  • Otitis media aguda supurada: o subaguda. Es de corta duración y conlleva una infección aguda con pus en el oído. La infección dura entre tres semanas y tres meses. Puede producir fiebre y dolor de oído.
  • Otitis media serosa: también denominada secretoria, mucosa o con derrame, produciéndose uno en el oído medio, que presenta líquido. Se produce cuando no se ha resuelto por completo una otitis media aguda o por la obstrucción de la trompa de Eustaquio por una alergia. No produce infección, pero sí hipoacusia y sensación de presión en el oído.
  • Otitis media crónica supurada: en ella existe otorrea crónica (supuración de líquido por el conducto auditivo externo) y la membrana del tímpano puede llegar a estar perforada. La infección va más allá de los tres meses de duración
  • Miringitis: es una otitis media aguda en la que la capa externa de la membrana del tímpano se inflama. Se produce por una infección bacteriana o vírica del tímpano y ocasiona en él dolorosas ampollas.
otitis media infección niños

Causas de las otitis

Ya hemos visto que la principal causa de la otitis externa es el exceso de humedad que queda atrapado en el conducto auditivo externo, produciendo bacterias u hongos.

En cambio, en las otitis medias, son fundamentalmente las bacterias, los virus y otro tipo de microorganismos los causantes de ellas.

Otras posibles causas son también las alergias, las infecciones de las vías respiratorias altas (como los resfriados), algún trastorno de la función ciliar del epitelio respiratorio, el humo del tabaco, determinados aerosoles y otros irritantes. Por ejemplo, en el caso de los bebés también son una causa de otitis el exceso de mucosidad y saliva que se produce durante la dentición.

En el caso determinado de la otitis media crónica, que es mucho menos común que la aguda, también son una causa las infecciones repetitivas del oído o una infección aguda del oído que no se alivia por completo.

Cómo se cura la otitis y su tratamiento

Para tratarlas, como siempre, es imprescindible un diagnóstico lo más exacto posible. Nuestro otorrinolaringólogo nos lo proporcionará cuando le hagamos una visita y tras realizarnos una historia clínica y algunos test auditivos: otoscopia, timpanometría y audiometría.

Por lo general, el tratamiento de las otitis se realiza con la toma de antibióticos durante 10 ó 14 días, notando mejora significativa el paciente en unas 48 horas. En ocasiones, a este tratamiento antibiótico hay que añadirle descongestionantes nasales y mucolíticos.

La otitis externa aguda es común tratarla con analgésicos, antiinflamatorios, diversos tipos de preparaciones tópicas, calor local, gotas óticas de cloranfenicol, neomicina, polimixina e hidrocortisona. Para el tratamiento de la otitis externa maligna son adecuados el ciprofloxacino, la cefalosporina antiseudomónica de tercera generación o la asociación de ticarcilina y gentamicina.

En el caso de las otitis medias, también es normal recurrir a los analgésicos y los antibióticos para su tratamiento, siendo la estrella la amoxicilina. A veces hay que combinarlos con compuestos como el ácido clavulánico, cefuroxima, ceftriaxona o la trimetropina/sulfametoxazol. Existen algunos pocos casos en los que es necesario recurrir a la cirugía.

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Algunos consejos para prevenir la otitis externa

Como es la más común de las otitis y a la que más expuestos estamos, queremos dejarte unas recomendaciones que te ayudarán a prevenirla. Te ayudarán a librarte de ella, sobre todo en verano, nuestra época de descanso y en la que ella más aparece, aunque son útiles durante todo el año:

  • Procura darte baños cortos y evitar la inmersión continuada de los oídos.
  • Sécate bien los oídos y elimina el agua inclinando la cabeza.
  • No te zambullas bruscamente y cuidado con los cambios de presión al sumergirte o practicar buceo.
  • Evita el baño en aguas poco saludables o contaminadas.
  • Limpia adecuadamente tus oídos y evita el uso de bastoncillos de algodón.
  • Cuida tu higiene auditiva, pero no limpies tus oídos demasiado, ya que la cera es un protector natural.
  • Elige y utiliza unos tapones de agua adecuados para tus oídos en la playa y en la piscina.
  • Evita la exposición continuada al ruido elevado y excesivo. El verano también es época de festivales y fiestas, y en ellos estamos expuestos a ruidos excesivos y volúmenes muy altos que conviene evitar.
  • Mastica chicle en los viajes en avión y en los trayectos largos en coche. Te ayudará a anular los efectos de la presión.
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