¿Qué es la cofosis y cómo se trata?
Si ya estás habituado a los términos relacionados con la audiología, es muy probable que sepas que la hipoacusia es la disminución de la capacidad auditiva, lo que comúnmente llamamos sordera, y que existen diversos grados dentro de ella.
La cofosis es el más grave o profundo de todos ellos y en este artículo vamos a despejarte todas las dudas que puedan surgirte de manera sencilla, explicándote las causas, los tipos y los tratamientos que tiene la pérdida total de audición.
También conocida con el nombre de anacusia, se trata de la pérdida total de la audición en uno (cofosis unilateral) o ambos oídos (cofosis bilateral).
Para que puedas tener una visión global de su gravedad dentro de los tipos de hipoacusia, aquí puedes observar dónde se sitúa dentro de los grados de pérdida auditiva, ordenados de menor a mayor nivel:
- Audición normal: podemos oír cualquier sonido suave. Estamos por debajo de 20 dB (decibelios) de pérdida auditiva.
- Hipoacusia leve: tenemos ciertos problemas de entendimiento cuando el sonido es bajo o está lejos. La pérdida auditiva se sitúa entre 21 y 40 dB.
- Hipoacusia moderada: sólo podemos oír si elevan bastante la voz al hablarnos. La pérdida auditiva está entre 41 y 70 dB.
- Hipoacusia severa: Solo somos capaces de escuchar ruidos muy fuertes. La pérdida auditiva se sitúa entre 71 y 90 dB. Es necesario el uso de audífonos.
- Hipoacusia profunda: con una pérdida auditiva entre los 91 y 119 dB, el problema ya es bastante considerable. Es absolutamente necesario el uso de audífonos, y además han de ser muy potentes.
- Cofosis: no podemos percibir ningún tipo de sonido y la pérdida auditiva es superior a los 120 dB.
Causas y tipos de cofosis
Cuando se llega a tener un problema de audición tan grave como la cofosis, la principal duda que surge es ¿por qué hemos llegado a este punto?, ¿cuáles son sus causas?
Realmente son muy diversas, pudiendo ser hereditarias (cuando existen casos similares en la familia), genéticas (generadas por problemas durante la gestación, el embarazo o el parto, que tienen como resultado, por ejemplo, malformaciones en el oído o en el canal auditivo), congénitas (presentándose repentinamente al nacer o poco después), o la consecuencia de padecer o haber padecido otras enfermedades y trastornos, (problemas de oído, infecciones crónicas, exposición continua a ruidos muy fuertes o complicaciones al padecer de síndrome de Ménière).
Otras causas de la cofosis, mucho menos frecuentes, pueden ser los traumatismos craneoencefálicos, algunas enfermedades infecciosas (como la meningitis), algunos tipos de medicamentos que llegan a dañar el nervio auditivo o la hipoacusia neurosensorial.
Respecto a los tipos de cofosis, sólo existen dos:
- Cofosis unilateral: la afección sólo afecta a uno de nuestros oídos. No se sabe exactamente cuál es la razón, pero es bastante más normal que afecte al oído derecho si es del tipo unilateral.
- Cofosis bilateral: la dolencia afecta a los dos oídos.
En el caso de la cofosis unilateral es obvio que los problemas que padeceremos serán mucho menores y podremos disfrutar de una mejor calidad de vida. Si padecemos de cofosis bilateral, el problema ya es bastante más grave y nos generará un alto grado de discapacidad.
Síntomas de la cofosis y cómo se diagnostica
El síntoma más claro e inequívoco de que padecemos cofosis o anacusia es que somos incapaces de escuchar ningún tipo de sonido. No oímos absolutamente nada.
La dolencia no aparece repentinamente de la noche a la mañana, algo que sería extraño y un caso entre miles, sino que su manifestación es progresiva y previamente existe ya una hipoacusia de tipo más leve.
Si nos damos cuenta de que estamos perdiendo audición, debemos acudir al otorrino o al especialista lo antes posible, que para hacernos un diagnóstico de la cofosis le bastará con realizarnos una audiometría completa.
Consejos para la prevención de la cofosis
El que tengamos pérdida auditiva no quiere decir que padezcamos de cofosis, pero sí de hipoacusia. Si por diversos factores, esta última llegará a agravarse sin cuidarla, sí podríamos llegar a padecer cofosis.
Al no manifestarse de manera súbita sino progresiva, es donde jugamos con cierta ventaja, ya que podemos “verla venir”.
La mejor manera de prevenir la cofosis es mantener una buena higiene y cuidar de nuestra salud auditiva, revisar nuestra audición con regularidad y prestar especial atención en evitar la exposición a los ruidos fuertes.
Esta es una de las razones por las que desde siempre, en Audicost te recomendamos cuidar de tu audición y revisarla al menos una vez al año.
Tratamientos disponibles para la cofosis
Cada caso de cofosis o anacusia es distinto, por lo que su tratamiento dependerá de cada paciente y habrá que estudiarlo a fondo.
Por lo general, tras averiguar si es unilateral o bilateral, el siguiente paso será determinar si los daños producidos en el oído son reversibles o permanentes.
Si se trata de cofosis unilateral, seguramente se podrá recuperar audición con el uso de un audífono.
Si por el contrario, estuviésemos ante una cofosis bilateral, lo más efectivo son las terapias de estimulación coclear, la implantación mediante cirugía de un implante coclear y, en ocasiones, habría también que recurrir al uso de audífonos. Pero como hemos dicho, cada caso es único y requiere de soluciones distintas.
Para terminar, cabría mencionar un punto más: la cofosis en los niños.
En este caso es de origen congénito o producida por problemas durante el embarazo o el parto. Aquí, la mejor solución (por no decir la única) para que la enfermedad no interfiera en el desarrollo del lenguaje del niño, es el implante coclear.
Este tratamiento debe realizarse antes de los dos años, ya que es durante este período cuando la plasticidad neuronal del pequeño es la idónea para lograr unos buenos resultados en la estimulación auditiva de su cerebro.
