¿Qué es la presbiacusia?

Para hablar de presbiacusia, un término bastante desconocido habitualmente, la comparación más normal que puede hacerse es con la presbicia ocular o “vista cansada”. Todos sabemos que se trata de la pérdida gradual de la capacidad de nuestros ojos para enfocar objetos cercanos, una parte natural del envejecimiento humano que comienza a sufrirse a partir de los 40 años, y que podemos corregirla con gafas progresivas.

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Lo que no es tan normal que sepamos es que ocurre lo mismo con nuestra audición y lleva por nombre presbiacusia. La definición de este término es muy simple: es la pérdida lenta y progresiva de la audición provocada por la edad, lo mismo que nos ocurre con la presbicia en los ojos. A medida que vamos cumpliendo años, nuestro sistema auditivo también va notando el paso del tiempo (y más aún si no hemos cuidado de él), principalmente en el oído interno y en el nervio auditivo.

En la actualidad se trata de la causa más común de hipoacusia en los adultos de avanzada edad (generalmente leve y moderada, bilateral, simétrica y, en un 90 % neurosensorial). Según recientes estudios, afecta aproximadamente al 25 % de la población mundial que tiene entre 65 y 75 años, llegando a afectar al 80 % a partir de los 80 años. Pero ojo con esta estadística, ya que es también posible que puedan encontrarse casos en edades inferiores, como puede ser hacia los 25 años o en personas de mediana edad, que padecen presbiacusia a los 40 años.

Tipos de presbiacusia

Son diversos los tipos de presbiacusia que existen, pudiendo dividirlos en función de dos cosas: la edad y la estructura del oído afectada.

Según la edad, la tipología es la siguiente:

Presbiacusia natural o normal, la debida a la edad según vamos envejeciendo.
Presbiacusia precoz, la que se manifiesta a edad temprana, debida generalmente a la exposición al ruido elevado y al tener una mala higiene auditiva.

Según la estructura del oído que esté dañada por el paso de los años, existen los siguientes tipos:

Presbiacusia sensorial
Presbiacusia neural. Junto con la anterior engloban las causas más comunes, produciendo presbiacusias de origen neurosensorial.
Presbiacusia metabólica o estrial
Presbiacusia conductiva coclear
Presbiacusia central
Presbiacusia mixta

Para obtener más información médica sobre cada una de ellas y ver en profundidad en qué consisten, este texto clínico del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), lo explica ampliamente.

Síntomas de presbiacusia

Respecto a este punto, los signos y síntomas que nos darán una pista de que podemos haber comenzado a desarrollar presbiacusia son similares a los de la hipoacusia, ya que no hay que olvidar que se trata esta esta afección auditiva, aunque sea causada por la edad.

Lo normal es que comencemos a notarlos durante nuestra vida cotidiana y empecemos a darnos cuenta de que, sonidos, ruidos o acciones que antes escuchábamos perfectamente, nos sea algo más dificultoso oírlos (la televisión o la radio, hablar por teléfono…).

También es posible que en lugares con mucha gente y ruido externo, como en un bar o un acto social, empecemos a tener problemas para mantener una conversación normal. Otro síntoma bastante evidente serán que ciertos ruidos a los que estábamos acostumbrados, como las sirenas, el tráfico o las alarmas, ahora nos resulten ciertamente molestos.

Hay que destacar que la presbiacusia precoz tiene diversas causas que también ayudan a identificarla con facilidad, entre las que podemos encontrar la exposición continuada la ruido (como en algunos trabajos), los golpes fuertes en la cabeza o en los oídos, el abuso de auriculares al escuchar música y los volúmenes altos, los ruidos fuertes, el uso continuado de hisopos, los efectos secundarios de algunas medicinas, los deportes acuáticos y algunas infecciones y enfermedades del sistema auditivo.

Diagnóstico y tratamiento

Ante cualquier síntoma de los que acabamos de describir, lo que debemos es acudir al especialista para que nos revise la audición y nos dé un diagnóstico.

¿Quién la trata? El médico que puede diagnosticarla es el otorrino, aunque también una visita a nuestro audiólogo, que entiende cómo detectarla, puede desvelarnos que comenzamos a padecerla.

Y, ¿cómo se diagnostica? Pues también serán el otorrino o el audiólogo quienes se encarguen de ello, detectándola a través de una audiometría, una otoscopia y otra serie de sencillas pruebas auditivas, que desvelarán cómo afecta a nuestra audición y en qué grado.

Aunque no tiene cura, la presbiacusia se puede mejorar con la adaptación de audífonos. Esta es la única solución para su tratamiento y mejorará la calidad de vida del paciente. En algunos y muy contados casos, los más graves, habrá que recurrir a los implantes cocleares.

Lo que sí es cierto es, que ya que es algo que nos acabará afectando porque todos envejecemos, prevenir la presbiacusia en la medida de lo posible es importante, haciendo que su deterioro sea menor y más lento. Esto podemos lograrlo siguiendo algunas recomendaciones, como detectándola lo antes posible mediante una visita a nuestro audiólogo (al menos una vez al año, para que revise nuestra audición), llevando hábitos saludables y una alimentación equilibrada, o con una buena higiene auditiva.

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