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¿Qué es el canal auditivo?

Nuestro canal auditivo, también conocido como conducto auditivo o meato auditivo externo, es una estructura tubular que conecta el oído externo con el oído medio. Para entendernos mejor, se trata del conducto que tenemos desde la entrada al oído por nuestra oreja hasta el tímpano, que es donde comienza el oído medio.

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Anatómicamente, tiene aproximadamente entre 2 y 3 centímetros de longitud y está revestido de células cutáneas especializadas, estando rodeado de hueso y cartílago, lo que le proporciona una buena protección. Al final del canal auditivo se encuentra el tímpano o membrana timpánica, el cual marca ya el inicio del oído medio. Canal, tímpano y pabellón auricular (oreja) conforman el oído externo.

En la siguiente ilustración del Instituto Nacional de la Sordera de Estados Unidos, en la que también se explica de forma clara y sencilla el proceso de la audición y el recorrido que hace el sonido desde el exterior hasta nuestro cerebro, se puede ver gráficamente dónde queda ubicado el canal auditivo dentro del oído externo.

canal auditivo cerrado

Fuente: NIDCD

La función principal del canal auditivo es transmitir las ondas sonoras desde el entorno exterior hasta el oído medio. Cuando el pabellón auditivo (oreja) recoge las ondas sonoras, éstas recorren los 3 centímetros de canal auditivo hasta llegar al tímpano y hacerlo vibrar. Esta vibración pone en movimiento todo nuestro sistema auditivo y activa una cadena de reacciones que conduce finalmente a la transmisión del sonido hasta el cerebro para su procesamiento e interpretación.

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Además de todo lo que hemos comentado, el canal auditivo también juega un papel crucial en el mantenimiento de la salud del oído medio, ya que actúa como barrera contra los sonidos fuertes y los desechos, partículas y bacterias que puedan penetrar en él. Las células especializadas que lo recubren son las que producen cerumen, otra barrera natural contra estos elementos. Esta cera ayuda a lubricar y limpiar el canal auditivo al tiempo que atrapa las posibles partículas perjudiciales para que no penetren en el oído medio.

Todo esto hace referencia al canal auditivo externo, que es del que se habla comúnmente cuando se menciona este conducto, pero es importante mencionar que también poseemos un canal auditivo interno. Éste último va desde el oído interno hasta la cavidad craneal (fosa cerebral posterior), y por él discurren el nervio auditivo, el nervio facial y la arteria auditiva interna.

Problemas y afecciones del canal auditivo

Vista la importancia que tiene, el canal auditivo también es susceptible de padecer diversas afecciones que afectan a su estado y a nuestra audición. Estas son algunas de las más comunes que puede sufrir:

  • Impactación de cera. Cuando se acumula en él excesiva cantidad de cerumen, acaba por obstruirlo. Produce dolor de oído, hipoacusia, tinnitus y mareos. Es importante buscar ayuda profesional para eliminar de manera segura los tapones de cera del oído.
  • Objetos extraños. Puede parecer algo inaudito a estas alturas, pero sobre todo suele ocurrir en los más pequeños (aunque también en algunos adultos). La inserción accidental de objetos extraños en el canal auditivo, como hisopos de algodón o diminutos juguetes, puede causar molestias, dolor y posibles daños en las delicadas estructuras del oído.
  • Infecciones, causadas por bacterias u hongos, que hacen que el canal esté inflamado. Además de esta inflamación, producen dolor, secreciones y pérdida de audición temporal. Las otitis externas, como el oído de nadador, son las más frecuentes.
  • Enfermedades dermatológicas que pueden afectar a la piel del conducto y provocar cuadros inflamatorios, como la dermatitis seborreica, la dermatitis de contacto (por exposición a alérgenos), la psoriasis, el acné o la dermatitis atópica (eccema o eczema ótico).
  • Estenosis del canal auditivo, que es cuando éste se torna más estrecho y pequeño, disminuyendo su calibre. Puede deberse a una reacción al agua fría en deportes acuáticos, a que esté cerrado por acumulación de cerumen o a que se padezca de osteomas. Produce hipoacusia.

La importancia de mantener la salud del canal auditivo

Es muy importante garantizar una salud óptima de nuestro canal auditivo adoptando precauciones y ciertas prácticas de higiene, manteniendo su limpieza con un paño húmedo, evitando introducir en él ciertos elementos (como hisopos), y protegiéndolo de los ruidos fuertes. Una visita regular a nuestro audiólogo o a nuestro otorrino, junto con una buena higiene auditiva, mantendrán nuestros oídos sanos y en completa forma para que funcionen como han de hacerlo.

Siguiendo estas prácticas indicaciones de higiene del oído y buscando ayuda profesional cuando sea necesario, podremos garantizar la salud y funcionalidad de nuestro sistema auditivo.

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